COSAS DE MUJERES


Aviso de entrada que estoy un poco confusa….. ¿Qué está pasando?.

Me desayuno un café con la prensa, como corresponde a un domingo tranquilo, me pongo a leer acordándome todavía del alcalde de Valladolid y me encuentro a Sarah Palin en un estrado con un churumbel al cuadril (¿No era esta la señora que casó a su hija de bulla y corriendo porque estaba pelín preñada? ¿No le suponía ese nieto una vergüenza y un oprobio por ser hijo de soltera? ¿A qué juega?) Voy leyendo información sobre los Tea Parties . Así, grosso modo, parece un movimiento ultraconservador de los EEUU que tiene como cabeza de puente a un ramillete de señoras WASP, mater familias con olor a tarta de manzana, que reivindican una vuelta a la sociedad más tradicional posible.

Por otro lado, tenemos un motón de opiniones, repudiando al místico- truhan de Sánchez-Dragó que por lo visto en su última publicación hace alarde de haberse cepillado a un par de “zorritas” orientales de trece años (no se a que están esperando para retirarle los libros y la palabra en caso de que se la dirijan). Ahora ya sé porque este hombre y su polla tantrica me han dado siempre tanto repelús, debe ser intuición femenina.

Además se clausura en Madrid un congreso sobre feminismo islámico, y es que muchas de nuestras primas musulmanas están hasta el hiyab de formar parte del mobiliario urbano y domestico. A ver si les echamos una manita que ya estamos hartas de esos machitos coránicos que desprecian a la mitad de su población, ellas también leen el Corán y saben que esa situación es producto de una interpretación manipuladora e interesada de los textos para argumentar la supremacía masculina. De todas formas, me reafirmo en mi creencia de que ninguna religión se merece que tenga seguidoras femeninas, que siempre nos tratan fatal.

O sea, que por un lado tenemos un movimiento de mujeres musulmanas intentando buscar su sitio en la sociedad, un movimiento occidental diciendo que ese sitio está entre la hornilla y la cuna y un puñado de imbéciles que no nos sacarían de la cama. Demasiado para un solo domingo.

Es la maldición de cenicienta, o estas hecha un trapajo, harta de currártelo al lado de la chimenea, o estás en un pedestal donde no te puedes mover y además eres facilita de controlar. Hay una tercera opción, a saber, asumir el rol de “la perdición de los hombres, Esa”.

¡Por Dios y por la Virgen del Carmen! ¡Ya está bien!

Recapitulemos, la familia ha sido la base de la sociedad hasta ahora, es un buen sistema donde se asegura la protección de la prole y de los mayores, creando una red social de base como apoyo a sus miembros.

Por estas cosas del devenir histórico, biológico y social, se estructura de forma patrilineal. El hombre necesita asegurar que son sus genes los herederos de su patrimonio cultural y material, así que circunscribe a la mujer al ámbito domestico, bien controladita para asegurar que los nenes son realmente suyos.

A partir de aquí iniciamos un discurso sobre las bendiciones del hogar, que dura siglos y siglos.

Pero ¿Cómo se mantiene eso? Fácil. Sobre la chepa de las mujeres.

Los tiempos cambian, las sociedades evolucionan, la mujer se incorpora al mercado laboral, tenemos menos hijos, invertimos la pirámide de población, el cuidado de los mayores empieza a ser un tema peliagudo, nos divorciamos sin remordimientos, y el invento se va yendo al carajo poquito a poco.

Suenan las alarmas, Y ahora ¿Qué hacemos?. ¡Hala! Todos corriendo, atropellándonos, como en las películas de cine mudo (esa es la imagen mental que me ha provocado el periódico de hoy).

Para empezar sería muy recomendable aislar de la sociedad a gentuza como el alcalde pajillero y el pederasta escritor.

Cambiar los modelos femeninos que nos venden a diario y que casi siempre son humillantes, tanto para nosotras como para ellos. Que parecemos una tribu de “imbecilas” y de “imbecilos” en guerra constante.

Porque en todo este rollo, los hombres quedan en una posición patética, si yo fuera hombre me preocuparía mucho la imagen de calentorros descerebrados y bocazas que van ofreciendo algunos últimamente.

Vamos a relajarnos, a sentarnos y a pensar. ¿Qué sociedad tenemos? ¿Qué sociedad queremos? ¿Qué relaciones vamos a establecer entre hombres y mujeres? ¿Qué clase de vida vamos a llevar? …….¿Por dónde empezamos?

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4 comentarios:

Julián dijo...

Yo creo que empezaría por dejar de relacionar acciones puntuales de individuos con el todo. Si me tengo que dar por aludido como hombre porque Sanchéz Dragó sea un pederasta tántrico o porque el alcalde de Valladolid no tenga educación tanto daría tener que hacerlo con el resto de delitos o malas acciones que hacen el resto de hombres anónimos del planeta. ¿Y por qué no? también con lo malo de los de otros subgrupos a los que pertenezco, como por ejemplo con las faltas que cometen los que tienen el pelo oscuro, o los que no tienen gafas, o los menores de 30, o los que tienen estudios superiores. Me gustaría que me hicieran responsable de mis méritos y mis faltas, no por las que tienen otros, similares genéticamente pero seres independientes y por tantos responsables de sus propias acciones individuales. Entrar al juego del maniqueismo chicos/chicas aunque sea con intención crítica no deja de ser seguir la corriente social y alimentar tópicos. Y esta sociedad, en mi opinión, hace tiempo que dejó de necesitar un juicio crítico que se amolde más o menos a como está estructurada. Necesita FUEGO. Simplemente.

melusina dijo...

Totalmente de acuerdo, por eso el titulo de "cosas de mujeres" que es una frase recurrente y casi siempre en tono peyorativo donde nos meten a todas en el mismo saco. Generalizar es lo que tiene.

Anónimo dijo...

bla bla bla

Julián dijo...

Y a los cobardes, fuego también.