MANIFIESTO


¿Pero qué coño estamos haciendo? Viernes noche, sábado noche, martes tarde, da igual.

Empamplinados, aburridos, expectantes, pasmados ante la luminosa pantalla de la maquinita.

ESPABILANNNNNNNNDOOOOOOOO.

Que la vida está ahí fuera, y no es infinita, minuto mirando los pixeles, minuto que se ha ido, muerto, y no virtualmente. Muerto, inapelablemente, con la sustancia de lo irrecuperable.

Con los amigos, hay que tomarse cervezas.

Las noticias, hay que leerlas en los periódicos, si, esos de papel que acumulan bacterias, a ser posible los domingos, con los churros y un bolígrafo para los crucigramas.

La verdad, es patrimonio de cada uno.

Y la cosa esta, solo es una herramienta, solo eso.

¿Quién está en el chat? ¡Qué más da!

Si quieres hablar con alguien, que te vea gesticular, que te oiga reír, que pueda captar la ironía y el sarcasmo.

Por lo que a mí respecta. Me bajo del burro, me gustan las coronitas heladas, los cafés achicharrando y tocar a la gente con la que discuto.

Así que a partir de ahora voy a dotar a este artefacto con la dignidad que nunca debió perder, la de una maravillosa y mágica herramienta.

Para todo lo demás, estoy en casa. Pegadme un toque.

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REPROCHES AZULES



Todavía no he cambiado los armarios (roperos, si definitivamente me gusta más roperos).
Voy sacando, avaramente, camisetas de tirantas, racaneo con los cajones, pero no les he dado ni una pista a los roperos de que ya es verano.
Me puede la desidia, la pereza, o el miedo a hacer un trabajo en el que hay que trepar por la escalera, con las manos ocupadas, y el blando calor de la lana sobre el pecho cuando estoy sola ¿Y si me caigo? Excusa pobre, pero contundente.
Las mantas, más coherentes y disciplinadas yacen limpitas y olorosas en su sueño estival.
Los coloridos edredones, mullidos y sugerentes no están a la vista.
Los chaquetones, los abrigos,  las chupas de cuero, las chamarretas, tienen su lugar inamovible y estático.
Pero los jerséis ¡Ay tengo tantos!...Es lo que tiene no desprenderse de los viejos compañeros, heredados de mi muchachón,  adquiridos por simpatía o autenticas joyas nacidas de las manos de mi madre. El caso es que la mayoría son de la gama de los azules y con un inconfundible aire náutico. Azul cielo, azul marino, azul cobalto………..todos los de la gama esperando abrazarme.
De vez en cuando me llamo al orden, y me repito a mí misma, “mañana cambio los roperos”, frase que me hace reconciliarme con mi faceta de persona responsable y organizada, faceta que es ignorada y obviada con cualquier excusa vital.
Disciplina para la ropa de cama, anarquía para la del cuerpo, desorden consciente o inconsciente, puedo argumentarlo como me dé la gana.
Pero al final y a la postre, cada vez que abro el ropero veo esas tablas, con su dobladito orden de colores mirándome, inquisitivas, pidiendo relevo. Pero me da igual.
Me conozco y sé que puedo pasar un verano entero con solo tres camisetas y unos coleteros, y la verdad, tampoco me parece mal ejercicio prescindir de esa acumulación de prendas excesiva e innecesaria (otra excusa, mira tú que bien).
¿Y si no los cambio? ¿Y si ocupo esos preciosos minutos en otra cosa? Seguramente puedo hacerlo y a poco que me empeñe llegará octubre o noviembre y el propio transcurrir del tiempo volverá a poner las cosas en su sitio. Solo es cuestión de paciencia.
Puede que lo haga ¡Me dan tanto asquito los reproches!

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EJERCIENDO LA VIOLENCIA


Menudo floreo que han montado en el Parlament, condenable lo que se lió en la puerta, por supuesto de acuerdo y sin discusión. Los del 15M dicen que no es cosa de ellos, otras voces señalan a infiltrados y a mercenarios del guirigay, pero eso realmente solo es una bulla impresentable, la violencia es otra cosa.

Aparte, que hay quien dejo claro que no eran catalanes, les falto nada para decir que eran andaluces(otra vez), eso hubiera sido divertido.

Es muy violento que te recorten derechos, que recorten la sanidad y que para cuando tengas ¡por fin! cita para la mamografía, la metástasis ya este campando por sus respetos.

Es muy violento no tener beca, no poder estudiar, tengas la capacidad que tengas porque no puedes cargar la economía familiar con los gastos de una carrera.

Es muy violento tener que coger los bártulos y salir de lo que ha sido tu hogar por vía del desahucio, para ir a ningún sitio.

Es muy violento que los curris, que en el mundo somos, paguemos todos los patos y el enriquecimiento de unos pocos que insisten en que respiremos cenizas una y otra vez.

Es muy violento ir a por comida a los bancos de alimentos y depender de la caridad ajena.

Es muy violento estar en manos que gentes a las que no puedes parar, que deciden tu futuro y tu bienestar sin consultarte, que arengan a la aborregada masa de votantes cantándoles milongas, para después hacer lo de siempre y que no haya ni un solo mecanismo para pararlos.

Es muy violento ser gobernados por ladrones y estafadores impresentables que se ríen en tu cara de tus problemas.

¿Dónde se ejerció más violencia? ¿Dentro o fuera del Parlament?

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LO QUE SON LAS COSAS

Parece que el mercado inmobiliario ha sufrido otra bajada. A pesar de eso, inasequible al desaliento, sigo intentando vender mi casa, pero…….quizá, sea el síndrome de la zorra con las uvas, o quizá la consecuencia de que es muy mía, pero ya no intuyo su venta como una necesidad, sino más bien como un azar que puede suceder si la coreografía de los astros es la apropiada, pero que si no se da, desde luego no va a empeorar mi vida.

Haciendo fotos de los rinconcillos que mas me gustan para colgarlos en los portales inmobiliarios, compruebo que dejar esta casa (en el improbable caso de tener que hacerlo) no es algo de lo que pueda salir indemne.

Todas las fotos anteriores, se referían a algún acontecimiento, algún momento con su propio significado, donde los principales actores son las personas, y el lugar es solo eso, un decorado circunstancial que arropa la escena.
Sin embargo, fotografiar los espacios, simplemente para mostrarlos, para que “alguien” se haga una idea de cosas tan anodinas como los metros cuadrados o el estado de conservación, es una autoinvasión de la intimidad que deja una sensación extraña.

Las cosas por las que paseas la vista a diario se vuelven coquetas y toman protagonismo al estar atrapada en imagen. Cualquier detalle, cualquier objeto va contando una pequeña historia cotidiana.

Otras cosas que han conquistado su sitio, por comodidad, por desidia, se ven reflejadas como estorbos simplemente por no cumplir las normas no escritas sobre la coherencia decorativa.
Coherencia que en esta casa nunca ha existido puesto que no está decorada, sino vivida.

Grifos escogidos entre muchos, cuadros artesanales, bicicleta en mitad del salón, los libros, las chorradas que los acompañan en las estanterías, muebles regalados con amor y sacrificio, las revistas, los trofeos, los cojines, las mantitas del sofá, el añejo ajuar (tacitas, copitas, platitos que van rodando de mudanza en mudanza)…….¿Son estorbos?. No. Son cosas.

Son mis cosas.

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