VANITAS VANITATUM OMNIA VANITAS


Vale que cada uno prioriza como le va dando la gana, pero como opinar, de momento, sigue siendo gratis, (que si tuviéramos que pagar más de una nos quedaríamos calladitas aún a riesgo de explotar), me voy a permitir el lujo de soltar un par de cosillas.

A ver, hay dos cosas fundamentales en la que no se puede escatimar; a saber: zapatos y gafas.

Si, ya, que hay otras como el amor y la solidaridad……..pero hoy tengo la vena mundano- pragmática de los sábados.

Existe el concepto de fatiga de los materiales, que normalmente manejan las gentes que construyen cosas como los ingenieros de caminos canales y puertos, los que hacen coches, lavadoras, sillas, azulejos, marroquinería, mostradores, tejados………todos los que hacen cosas que van a trabajar y gastarse por el uso o la intemperie, tienen en cuenta este dato.

Las personas humanas o criaturillas del señor, por más trascendentes que nos dé por ponernos, no somos más que una amalgama biomecánica de componentes, que también tienen su obsolescencia programa y su suicidio celular y sus horas contadas, así que mejor que estemos pendientes de un par de puntos fundamentales.

En primer lugar los pies, y por extensión las piernas con sus tobillos, rodillas y caderas correspondientes con sus accesorios de serie como; huesos, tendones, cartílagos, rótulas, cóndilos y meniscos varios de cada uno.

No se puede poner uno cualquier cosa en los pies, a lo mejor hasta los veintialgo te parece que sí, pero no, las chanclas de playa, los taconazos, los zapatos esos tan monos que salen cada temporada, son trampas mortales.

Quizás no nos damos cuenta porque cada vez estamos más sedentarios y no andamos, pero los pies sufren, se deterioran y un día no muy lejano jarticos de malos tratos se te ponen de huelga y te piden una orden de alejamiento.

Fetichismos aparte, son unos artefactos maravillosos. De entrada, una de las primeras grandes satisfacciones  de la vida es ponerse en pie y empezar a deambular por la casa, con paso mas o menos vacilante y después viene todo lo demás; correr, saltar, andar, avanzar, patear las calles de tu ciudad, o de cualquier otra, subir escaleras (hasta lo alto de la torre Eiffel) hacer senderismo, ir a por el pan, pasear por la playa, chapotear y pisar los charcos, bailar, patinar……

¿En qué cabeza cabe que algo que nos da tantísimas satisfacciones sea encarcelado, torturado y machacado en nombre de algo tan fútil y estresante como el concepto “moda”?

Creo que voy a crear el Frente de Liberación de los Pies, porque veo cada cosa a diario que clama al cielo.

La historia avanza, la ciencia avanza, la humanidad avanza pero lo que nos hace avanzar físicamente a cada uno de nosotros cada día, es podernos sostener sobre nuestros pies y dar un paso tras otro, que sí, que a lo mejor es una meta risible por lo modesta, pero cuando no puedes hacerlo, los otros avances te parecen realmente menos importantes, doy fe.

Y otra cosilla que no podemos perder de vista (juego de palabras con alarde de imaginación infinita) son las gafas.

Puede que las gafas sean un accesorio de moda para quien pueda permitirse el lujo de comprar muchas gafas con distintos diseños en boga y buena calidad óptica, pero para el común de los mortales existen solo tres modelos: las de sol (para conducir, pasear y esas cosas), las de cerca (para enhebrar agujas y sacar astillas a los torpes) y las de ver (según mi hermano una denominación estúpida, porque no hay gafas de no ver).

¡Que si delicados e importantes son los pies, de los ojos mejor ni hablamos! ¡Por favor no os compréis gafas de sol malas! Si son feas mala suerte y si no están de moda, da igual, si a lo mejor son mas feas las que están de moda (que las de la foto de arriba son horrorosas por dios) ademas, alguien tiene que empezar creando tendencia, pero los cristales tienen que ser buenos, polarizados y en condiciones de que cuando te dé el Lorenzo no se te cocinen los ojos tipo microondas.

También el tipo de vida que llevamos es muy mala cosa para los ojos, el ordenador, la tablet, el Ipad, Ipod Itolodemas, las pantallas de móviles con el Wasapp, todo el santo día leyendo letras enanas en pantallas que brillan.

La famosa frase  de: “en cien años todos calvos,” la vamos que tener que cambiar por: “en cincuenta tos cegatos”.

Esto es una retahíla digna de cualquier abuela venerable, I know, y yo no me considero ninguna de esas dos cosas; pero a pesar de que siempre he usado zapatos cómodos, en días como hoy daría lo que fuera por ver mejor y porque no me dolieran los huesos de los pies.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS