SOBRE HUIDAS PEDESTRES Y PERSECUCIONES ECUESTRES


Decía uno de los científicos de Parque Jurásico, que la vida siempre acaba abriéndose paso. En ese contexto, el tipo se refería a la imposibilidad de ponerle puertas al campo, sin embargo, la cosa es bastante mas grave.

Las cosas de la vida, las que te pasan, de las que huyes, tienen una manera sibilina, maquiavélica y oportunista de alcanzarte, una y otra vez. Quizás no directamente, incluso puede que no a ti personalmente, pero los fantasmas siguen apareciendo.

Llevo toda mi vida de adulta perfeccionando un master de ingeniera de canales y caminos existenciales.

Levantando muros, haciendo presas, diseñando fosos que me aíslen y me protejan, intentando construir una parcela, pequeña e ignorada, donde no te alcancen los aludes, los terremotos ni los rayos.

Es extenuante y agotador, es un proceso largo de trabajos, negociaciones y concesiones, con la única meta de la paz. No la paz mundial, esa de las mises, ni la paz interior de la meditación transcendental, ni todas esas quimeras inalcanzables. Solo basta con saber que hay un pequeño espacio de paz dentro de tu cerebro, de tu alma, de tu existencia…………de ese sitio, donde te sitúas según tus creencias.

Los caminos para llegar son infinitos, puedes acceder haciendo repostería, o caminando entre bosques, cantando a gritos mientras conduces, escuchando o haciendo música o rascándole detrás de las orejas a tu perro.

Pero siempre te acaban alcanzando, el aislamiento no es fácil, ni gratuito, las barreras de ese sitio se construyen con jirones de piel, pero eso, no te garantiza nada.

A la más mínima grieta, el dolor, la desolación se cuelan, como gorrones no invitados a la fiesta y la angustia vicaria te clava, una vez más, sus infectas fauces. Y vuelves a levantar muros, y vuelves cavar fosos y vuelves a huir, pero huyes a pie.

Los jinetes del apocalipsis, van a caballo.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS