CRÓNICAS UNIVERSITARIAS. CAPÍTULO XIII. ¡ESPAÑOLES, HOY, HA ACABADO SEGUNDO!


Bueno, con el pequeño detalle de los exámenes, pero eso no es más que un mesecillo de tortura estudiando a cañón y divagando como una puta cabra (gracias Sonia, pero que sepas que lo tuyo es cooperación necesaria).

Como no podía ser de otra manera, toca balance, además toca porque tengo el blog “dejaíto de la mano de Dios” ¡Si hasta me he tenido que parar a pensar en las contraseñas!

Ya sé lo que quiero ser de mayor, ya sé donde quiero implicarme (no sé hasta donde) y ya se por donde enfocar muchos temas. Bien.

Me reservo el derecho de fascinarme con otra asignatura para el curso que viene, pero el listón esta alto de cohones.

He sido una buena chica, me he aplicado, he estudiado mucho y he aprendido mucho.

Con la pequeña salvedad de que he aprendido cosas que no entraban en el examen, algunas incluso que ni estaban en el programa, ni tienen que ver con el grado.

He lamentado no saber mas de psicología, de arquitectura, de matemáticas, de idiomas…..

He descubierto que la gente que sabe mucho de algunas cosas, no entienden que no les sirve sin conocimientos de otras (y no se dan cuenta, que es lo peor).

He recuperado sensaciones y gustos que pensaba que ya habían pasado a mejor vida por obra y gracia del reciclaje emocional.

He descubierto continentes y explorado planetas, he incluido en mi vida a personitas a las que adoro.

Llevo muuuuuuucho tiempo comiendo en plan cuartelero, y me importa un carajo.

Mi querida amnesia ha llegado a cimas inimaginables (lo siento Lore, tó se pega menos la hermosura)

He adoptado los juegos en red como sustitutivo de “un descansito”.

Han empezado a divertirme cosas, que ya ni recordaba que eran divertidas.

He descubierto que estoy tonta, tonta, tonta der tó, para según qué.

Me han calificado de niñata (Señora niñata para los amigos, es lo que tiene la red, que la gente se cree que te conoce)

He discutido, he peleado, he negociado, me he preocupado, y despreocupado cuando ha tocado, he razonado, he argumentado y defendido lo que me ha parecido correcto.

He sido partícipe de unos pocos de inicios, a ver por donde trayectorean.

Y sobre todo, me he reído mucho, mucho, mucho, (a ver quien no se ríe compartiendo mesa con Lari y Lucre o aula con mi Carmela, vis a vis, anda queeeeee) hasta el punto de empañar las gafas y empezar a dolerme los costados.

Y después de acumular todas estas experiencias, he llegado a una sabia y sesuda conclusión inapelable.


Reírte mientras comes, no es bueno para la digestión. 

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MATERNIDAD, ABORTO, BIOLOGÍA Y OTRAS CUESTIONES


Parece ser que nos cambian, otra vez, el derecho al aborto, y lo peor de todo, no es que asuman un sistema de plazos, de circunstancias, o de lo que sea. 

La cuestión es que decide (en su mayoría) gente que no se va a quedar nunca embarazada (hombres) o que si lo hacen van a poder disfrutar de todos los parabienes que puede ofertar una situación desahogada (niñas bien con tatas a escoger o abortos soterrados con todas las garantías). 

Conste, que para mi, la maternidad no ha sido solo una bendición, ha sido un autentico milagro, y la he disfrutado (y padecido) todo lo que he podido. 

Parece ser, que si te toca útero en el reparto de género, no te toca poder decidir que hacer con él, aquí no existe el libre albedrío  

El misterio de la concepción, la generación de vida, la perpetuación de la especie esta demasiado mitificada, y la verdad es que la cosa no da para tanto. 

Distinto sería que fuéramos un especie en extinción, como en la peli de “Hijos de los hombres”(y como se teme nuestro querido Ministro de Interior), pero no es el caso. 

Sangre de mi sangre, hijo de mis entrañas……….si, vale, muy pasional, pero poco lógico y bastante rallante para quien no tenia tantas pretensiones. 

Da igual que el embarazo sea producto de una noche loca, o de una relación más o menos estable, si es una chiquilla preñada por expectativas erróneas o una señora que va por el quinto, o por el tercero, el problema no es ese. 

Si en algo estamos de acuerdo, casi todos, es que un hijo es una cosa muy seria, y además no existe madre fija discontinua, ni darse por vencida, ni trabajo temporal, ni periodo de prueba, ni ná de ná.

La preñez, como la soledad, es algo estupendo, cuando es una opción voluntaria, y una autentica lápida, cuando aparece sin llamarla. 

Pero el problema de fondo es otro, el gameto, embrión, feto, o lo que sea que van poniendo en las fotos de las pancartas pro-vida, inspira mucha ternura, pero, el problema son los dieciocho o veintitantos años que hay que dedicarle a la tarea de poner a otra persona en disposición de ser autónoma, integra, coherente y feliz. 

No estamos hablando de ninguna milonga, es todo lo que te queda de vida.

Si la persona que ha de gestarlo y criarlo, no puede, no debe, no se encuentra preparada, o simplemente, NO QUIERE, asumir esa responsabilidad. Pues que no lo tenga, y además que no lo tenga sin jugarse el tipo. 

Hay quienes esgrimen el estandarte de la maternidad como si fuera una coartada biológica inapelable. Pos como que no, que hay mucha barrigas que para sus portadoras solo son un lastre. 

La biología no legitima nada, las moscas ponen millones de huevos, las tortugas cientos, y eso no les das más aura de “madres”. 

Una vez que estas en ese “estado” (nunca mejor dicho) como dicen las abuelas, o pares, o revientas por una costura. 

Tanta sublimación no es más que una milonga moral y cultural que asfixia a las mujeres que no les da la gana de asumirla. 

Cuando esos embriones- gametos-fetos, nacen y se convierten en niños, necesitan amor, paciencia, alegría, tiempo……..cosas que no les va a dar una maternidad impuesta, y eso los convertirán en niños abandonados, maltratados, abusados, desgraciados y resentidos. 

Claro, que es mucho más guays, montar rastrillos en navidad para ayudar a esas pobres criaturas desamparadas, y un par de días después desentenderse, que mantener una postura lógica. 

Donde se ponga un buen cardado, y un delantal de lunares (mira que campechana soy si me lo propongo, y que altruista y que mona que he cedido mi Sorolla) que se quite asumir lo que puede ser la maternidad a las personas esas, de los otros mundos raros, donde todo es mas difícil, mas amargo, mas incierto. 

Eso sin tocar la cuestión de las discapacidades, según mi experiencia, hasta donde he podido ver, es un trabajo en solitario, no sabemos porque arte de birlibirloque, los papis desaparecen (en general, no todos) y dejan a un sufrido ejército de “madres coraje” echándole unos güevos que hacen en Clint Eastwood en sus papeles mas heavys parezca una teresiana. 

Tener hijos es algo muy serio, un acto de fe, una apuesta de futuro.

Para la castidad, parece ser, según todos los indicios, no estamos programados. 

Un hijo es una labor de años, de amor, de voluntad, una dedicación de por vida. 

Una persona querida y arropada es un valor. Un puñado de células solo es un puñado de células y una cuestión moral solo es metafísica para debates de sobremesa. 

Eso sin entrar, en la cuestión de fondo que es cuando un embrión es persona, cuando tiene “alma”, según la vieja tradición judeocristiana. 

Cuando los políticos perdieron la suya ¿Nos dieron el derecho a abortarlos?

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CRÓNICAS UNIVERSITARIAS, CAPÍTULO XII. SOBRE LAS REGLAS DEL JUEGO, EL ASILVESTRAMIENTO Y OTRAS CONSIDERACIONES



Confundida me hallo, y mas que me voy a liar como no me organice.

Desde que me lancé a la piscina de los estudios universitarios, sin mirar lo del agua, ni la profundidad ni ná de ná, me estoy divirtiendo como una mona.

La mayoría del tiempo simplemente me considero estudiante y como tal me comporto, pero claro, tampoco estoy dentro de lo que se puede considerar una estudiante al uso, que a duras penas pasan de los veinte, ni me identifico con la mayoría de “estudiantas” mayores.

De hecho, hace unos días hubo no sé qué evento en la facultad para universitarios sénior y la media de edad del personal que por allí andaba era mas o menos la mía……….me resultaron taaaaan extraños.

Me explico, aparentemente, la impresión que me dio era que andaban por allí por hobby, un hobby que te ofrece una pátina de intelectualidad y en el que puedes lucir los despojos de tu parte más juvenil remozada con ropa de marca de aire actual y atrevido, miradas de soslayo y conversaciones mas propias de una excursión del inmerso o de alguna decadente discoteca de esas para cincuentones, (creo que me pusieron en contacto con mi japerra interior).

Siendo un poco mas objetiva, igual la que no se toma las cosas como debería soy yo.

No puedo considerar esto como un hobby, es pura pasión, da igual con que ropa vayas o si las ojeras te llegan al ombligo, en la facultad estoy en casa, arropada, cómoda (a pesar del torturante mobiliario) y feliz.

Y como estoy relajada pues me porto tal cuál, lo que no quiere decir que sea lo apropiado.

Pero por otra parte, mi perspectiva no tiene por qué ser la correcta, antes de ponerme a estudiar  me he tirado unos pocos de años, digamos, pelín asilvestrada, he estado al margen de convenciones sociales, me he vestido como me ha parecido y he soltado lo que pensaba sin pararme en barras, así he llegado a la universidad y así sigo.

La cuestión es ¿Es esto lo correcto? ¿Qué imagen puedo estar ofreciendo? ¿Debería de preocuparme?  O ¿Sigo por donde voy y a volar?

Otra cuestión son las relaciones; curiosamente con mis compis predomina al igualdad, con sus obvios matices, pero con los profesores……….Muchos son mas jóvenes que yo, pero son mis profes, pero son mas chicos, pero son ellos los que califican, pero en muchas ocasiones no sé como plantear muchas situaciones sin que parezca peloteo o que den lugar a equívocos……………un lio del carajo vaya.

Mi incapacidad total para calibrar la situación  a nivel social es total, no conozco las normas que deberían regir en cuestiones así, puede ser que no existan, o sea, que igual lo estoy haciendo bien o metiendo patas como catedrales.

Lo que no sé que es lo que me ha dado hoy, si a mi realmente todos estos rollos nunca me han importado, no tiene mucho sentido que a estas alturas del partido me los plantee.

Asi que, decidido, al que le venga bien, bien, y al que no, que se vaya operando de un oído.

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SOBRE EL MIEDO, LA FE, LAS TRADICIONES Y EL CERCO DEL ENEMIGO


Lo he comentado mas de una vez  por estas fechas, y esta primavera no iba a ser menos, me gusta la Semana Santa.

Este año, como estaba en una ciudad bastante menos turística y más tranquila que la mía, he podido disfrutar de nuevo de los pasos los desfiles y las pequeñas iglesias de clausura, y además he podido hablar con cofrades de solera, creyentes y ateos varios que coincidían en señalar todos el mismo fenómeno.

La gente ha vuelto a rezar.

No los habituales de toda la vida que siguen los ritos y las tradiciones impuestos por el calendario religioso.

Muchos más, hasta hace poco ajenos a las cuestiones de fe, se acercan a las vigilias, se postran y rezan.

Algunos lo celebran como una vuelta a la espiritualidad perdida. Otros lo comentan como un fenómeno sociológico. Como una reafirmación de la propia tradición cultural.

Las calles están más ambientadas y la gente se acerca a las casas de las cofradías en más número que años anteriores, y aúpan a los niños para que vean bien a los titulares, pero eso no aumenta el ruido, todos mantienen un tono de voz sosegado.

Después se acercan a las iglesias, y rezan. En algunas caras se observa una especie de mutismo desesperado, en otras un ensimismado agotamiento.

En mitad de la animada conversación sobre esta curiosidad del aumento de orantes, me piden mi opinión y solo puedo comentar lo que he visto.

Con fe o sin ella, cuando estas sitiado por el enemigo, con las murallas a punto de caer y cuajada de puntos débiles, sin esperanza y sin posibilidad de lucha, lo que se ha hecho siempre ha sido eso, rezar.

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CRONICAS UNIVERSITARIAS. CAPÍTULO XI. DIAS DE CINE


Desde que me he zambullido en la rutina de estudiar, mis días son como una lista de películas.

Me levanto muy, muy temprano (Amanece que no es poco) y después de la perceptiva ducha y desayuno, salgo al monte, con una linterna a pasear a mis perros (El proyecto de la bruja de Blair), a veces me llevo algún que otro sobresalto en la oscuridad cuando escucho ruidos raros, pero no puedo hacerlo a otra hora.

Pillo el coche (Chitty chitty bang bang) me pongo en marcha (Carreteras secundarias) y cruzo los dedos para que esta vez no tengan que venir a rescatarme los señores de la grúa. Una de mis mediocres aspiraciones es tener un coche, ni siquiera nuevo (Herbie), me conformaría con que marcara 80 o 100.000 km en el cuentakilómetros, y que siempre pudiera disponer de medio tanque de gasolina. Pero lo mio con los vehículos va por otros derroteros (Mad Max).

Por fin llego a la facultad y me instalo cómodamente en la cafetería (Cheers) que es el sitio con la temperatura más acorde a la mía.

Saco mi mini portátil, (El chip prodigioso) y procedo a abrir el campus virtual para comprobar tareas pendientes y calificaciones (Pánico en la red).

Aunque intentes concentrarte, siempre hay conversaciones que acaban atrapando tu atención (Espías como nosotros), sobre todo cuando se reúnen en una mesa unos pocos de Derecho (Los otros). Es increíble con que aplomo y seguridad dicen algunas tonterías (Mentiras y gordas), supongo que les falta trayectoria vital, o a lo mejor vienen así de serie.

A lo largo de la mañana llegan mis niñas (Ángeles y demonios), y comenzamos a ordenar apuntes y powers (Dentro del laberinto). Cuando por fin pongo un poco de orden, verifico todo lo imprescindible de estudiar para el examen (Vértigo).

La época de exámenes es lo peor de toda esta historia (Asco y miedo en Las Vegas). Te preguntas porque de algunas materias o contenidos y siempre te responden lo mismo “está en el programa” (El gran dictador).

Las tardes son para las clases: atender, coger apuntes y no perder puntada (Las reglas del juego).

Día tras día vas avanzando (Las horas), hasta que llega el insoslayable momento de enfrentarte al examen (Sola en la oscuridad), y deseas terminar de una puñetera vez con el último y dedicarte un fin de semana a no abrir ni un ordenador ni unos apuntes (Días de vino y rosas).

Pero hasta que llegue ese momento (El fin de los días), no te queda otra que hincar codos, un día tras otro, hasta la hora de irse.

El problema, es que como todos los días se parecen, cada vez que salgo, acabo haciéndome la misma pregunta (Colega ¿Dónde esta mi coche?)

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LA SEÑORITA DELIA



No me acuerdo de su apellido, puede que no lo haya sabido nunca, cuando eres pequeña no te fijas en esos detalles.

La señorita Delia era mulata (creo), de la Guayana inglesa, era grandota y desgarbada, pero esto tampoco puede ser cierto porque yo  todavía era una colegiala de trenzas, calcetines altos y falda escocesa, y mantengo un romance peligrosamente prolongado con la amnesia.

La señorita Delia se pintaba los labios de tonos anaranjados, y al terminar la clase se apoyaba en el quicio de la puerta y al ritmo de sus palmadas salmodiaba con ritmo lento: ¡Vayan saliendo pó favoooooooo! ¡Vayan saliendoooooo!.

La señorita Delia era nuestra profesora de inglés, lo único que recuerdo de sus clases es “repeat, please” y “next” cuando quería que siguiera la lectura cualquiera de nosotras en nuestro balbuceante inglés macarrónico güan, tu, tri, tisis mai doj an datis yur cat. Creo que la exasperábamos bastante.

La señorita Delia nos dio clase durante tres años; sexto, séptimo y octavo. Y durante esos tres años se empeñó en que acabáramos leyendo en su idioma cualquier texto. A trompicones y con una desgana más aparente que real, fuimos capaces de leer artículos de periódicos ingleses y cualquier cosa que no estuviese escrita en lenguaje técnico.

La señorita Delia era una buena profesora, y últimamente me acuerdo de ella mucho, como mínimo, dos veces en semana.

Este cuatrimestre tengo una asignatura que se llama Socio-Legal English y si me esfuerzo y le pego una buena limpieza a los desvanes de la memoria es posible incluso que apruebe. No me atrevo a pensar en la alegría si apruebo; habré superado una de las asignaturas-escollos que para mí tiene este Grado.

Y si apruebo, estudie lo que estudie, se lo debo única y exclusivamente al tesón  y a la profesionalidad de la Señorita Delia.

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SOBRE INCREDULIDAD, PASMO Y COSAS QUE NO ENCAJAN


Mariano Rajoy, presidente electo de esta nuestra comunidad, ha publicado sus declaraciones de Renta y Patrimonio de los últimos años.

Por eso y solo por eso, lo tomo como ejemplo. No tengo una especial inquina a los políticos del PP, se la tengo a todos, de una punta a otra de la mezquina gama cromática del arco parlamentario.

Dicho esto, analicemos.

Se gana menos de presidente que de líder de la oposición, como tres veces menos.

Si creemos las declaraciones que este señor y otros han realizado, se gana menos en la política que en lo privado.

Abogados del estado, notarios, registradores de la propiedad, insignes letrados……se tiran al ruedo político ¿A qué?

A trabajar por el bien común, a ponerse al servicio del ciudadano, a construir una sociedad mejor……Artoquieto parao.

Supongamos que cualquiera de nosotros gana seis mil euros al mes (o doce mil, puestos a suponer, que no falte ni gloria), y nos ofrecemos voluntarios al sacrificio de ganar tres, dos o lo que sea menos para dedicar nuestro esfuerzo a labores mas altas.

Así, a vote pronto, me viene la imagen de la Madre Teresa, de Vicente Ferrer y de alguno más, pero no visualizo el careto de ninguno de nuestros queridos cargos electos, ni de los de ahora, ni de los de antes, ni de los posibles futuribles.

Conocemos casos de personas que, con una estabilidad económica envidiable, han dado marcha atrás en la carrera de a ver quien la tiene mas grande y han cambiado rendimientos mas modestos, por tranquilidad, y calidad de vida. Eso es razonable.

Pero aquí nos están vendiendo lo contrario; tengo menos rendimientos a cambio de estar siempre estresado, en la picota, sin horarios y sin vida privada….definitivamente es poco creíble, pero hagamos un esfuerzo y supongamos que nos lo creemos.

¿Dónde están el bien común, la mejora social, el servicio al ciudadano? Si esto es lo mejor que saben hacer, vuelvan a sus despachos privados, ganen mas dinero al mes, déjennos vivir en paz ¡Joder!, a nadie que cumpla tan mal los objetivos lo dejan en su puesto.

Salvo que, no nos lo creamos y deduzcamos que esa no son las metas, sino que la cuestión no es más que la parcela de poder y los beneficios personales que conlleva, opción bastante más realista y ajustada a los resultados que padecemos a diario.

¿De que nos sirve poder acceder a las declaraciones fiscales de Rajoy, de Zapatero, de Aznar, de González…..de ninguno de ellos?

¿Han bajado su nivel de vida en el paso de lo privado a lo público? No. Eso suponiendo que lo privado sea pre, que no siempre es así, normalmente es post, y no es más que otro añadido al beneficio  de ejercer en política.

Resumiendo y puestos en este punto ¿Por qué debemos creernos que lo que declaran en esos impresos anuales, son los únicos beneficios de su cargo? ¿Por qué se piensan que somos tan gilipollas para creerlo?

Hablando en plata y tal como lo diríamos en mí barrio. ¡Déjate de papelitos que lo que salta a la vista no necesita anteojos!

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CRÓNICAS UNIVERSITARIAS. CAPÍTULO X. ZEÑO, NO MANTERAO DE NÁ


Era impensable que todas las materias con las que me iba a encontrar pudieran ser de mi agrado, también era poco probable que todos los profesores fueran entusiastas seguidores de la transmisión de conocimientos.

Pero es que hay que tener un hado especialmente nefasto o una conjunción de astros poco propicia para que una asignatura ladrillo, infumable y soporífera la tenga adjudicada la docente con la forma de expresión más retorcida y bizantina de todo el claustro. 

O no, que igual es que estos lotes vienen en  pack. Universitary Full Equipe. 

Sin dudar ni un ápice de sus cualidades como dogmática o metafísica doctrinal, no me queda mas remedio que apostillar, que convertir unos apuntes en un marasmo farragoso de conceptos expresados de la forma mas sibilina y oscurantista posible, no la hace mas brillante ni mas versada, solo nos impide enterarnos de cualquiera de los conceptos que intenta explicar. 

Alguien debería tener la bondad de comentarle a esta señora, que es inútil que intente deslumbrarnos con su catálogo de letrada verborrea, en interminables apuntes que contamos, no ya por temas, sino por kilos. 

Infórmenle, por favor, que su misión en este contexto es que nos enteremos, no de cómo domina los retruécanos filosóficos y semánticos de la materia, sino de qué demonios está intentando hablarnos. 

Verbigracia, un poné, si yo cito, como pista “no puede sanarse por confirmación, porque no está en el comercio de los hombres, ni en la esfera de la autonomía de la voluntad”, o “interioridad del evento productor del daño” ¿Qué es lo primero que se os viene a la cabeza que estoy estudiando? Parapsicología, claro, o Medicina alternativa, ¿Metafísica cuántica? 

Pos mira tú que no, que lo que me trae de cabeza es el Derecho Público. Que tampoco tengo muy claro cuanta utilidad tiene en esta carrera, pero bueno, está en el programa, así que al tajo, a por él. 

Pero no se puede “explicar” estas cositas de esta manera, salvo que la intención última, sea desalentar al alumnado, que es la única explicación lógica a tamaño despropósito. 

Es el único caso conocido de la historia universitaria, desde la fundación de la de Palencia, que, en vez de recurrir a los apuntes para entender el sentido de la ley, hay que recurrir directamente a la ley para entender que quieren decir los apuntes.

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SOBRE HADAS DEL BOSQUE, ONDINAS, ESPÍRITUS DE LA TIERRA Y DUENDES DEL MAR.


Las hadas del bosque están locas, locas, locas, pá que las recojan.

Suelen ser tozudas, idealistas, a ratos mundanas, pero no confunden el divertimiento con la superficialidad.

Revolotean, dispersas y apuradas sobre una realidad que conocen y en la que participan, pero que realmente no es su mundo.

Parecen más frágiles de lo que realmente son, y son más frágiles de lo que realmente se creen.

Saben ver un roble entre los brotes de los arbustos. Y conocen por instinto las plantas que algún día darán sombra. Son las guardianas de los pulmones de las criaturas que respiran y transforman el mundo.

Siempre están ocupadas, (mantener un bosque, no es algo que se haga solo) es muy importante que los arboles crezcan en paz.

Pero, siempre tienen tiempo para compartir juegos con los demás espíritus de la tierra. Campanillean, revolotean, y alegran la vida de todos los que sean capaces de percibirlas.

Tomar un café con un hada del bosque, es más divertido que con la liebre de marzo.

Las ondinas viven en su propio universo mecido por el susurro de las aguas dulces. En Asturias las llaman Xanas.

Son las diosas de los lagos, los pozos, los ríos y las lagunas.

Saben todos los idiomas, pero casi siempre prefieren expresarse en el suyo.

Atienden a que no les falte la vivificante humedad liquida a los pequeños renacuajos ni a los grandes sauces.

Transcurren, sabias, discretas y alegres por los paisajes, conscientes de su deambular e ignorantes de su importancia. Poseen el secreto de la vida tranquila, aunque no siempre las dejen practicarla.

Cuando una ondina sonríe, titilan todas las estrellas cristalinas de la nieve.

Y estamos tan acostumbrados a su serena presencia, que mucha gente no las percibe, porque las da por supuestas. Ellos se lo pierden.

Las ondinas son las hacedoras del transcurrir del tiempo, Heráclito las conoció y se hizo filósofo, y nos contó eso del transcurrir de las aguas del rio, o sea……..

Los espíritus de la tierra son la firmeza, lo sólido, la vida. Son prácticos, certeros y fuertes.

Y eso algunas veces les pesa.

Ríen con gusto y a menudo, y ademas lo contagian, poseen el misterio de la alegría.

Se interesan por todo lo que pasa a su alrededor, miran, anotan, aprenden, crecen y sustentan a las criaturas que los rodean.

No se paran en tonterías, y se maravillan con la belleza. Son curiosos, les gusta explorar y entender.

Son espíritus cálidos, constantes y voluntariosos, y muchas veces se ven abocados a ser los que mueven el mundo. Pero ellos pueden.

Y si no pueden ya le iremos achuchando desde atrás. Dan calor y ganas de seguir.

Son los grandes motivadores.

Los demonios del mar son traviesos y escandalosos. Tajantes e inmisericordes.

Fabrican tormentas y amaneceres. Hunden ciudades y recalan mansos en los puertos que les apetece. 

Saben de las criaturas de los abismos y se carcajean de las leyendas de sirenas.

Hacen cosquilleantes espumas, olas traidoras y serenos atardeceres.

Protegen piratas, hunden transatlánticos, acarician bahías y arruinan costas, según la lógica de sus propios baremos.

Dibujan calas escondidas y playas multitudinarias, radas privadas y puertos adocenados si les apetece.

Cuando todos los espíritus descansan de sus labores, hacen una fiesta y me invitan.

Hasta ahora, nunca falto.

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ECHO DE MENOS, EN NAVIDAD


No me ha dado por revisar las entradas del blog, que asi a lo tonto capullo van por encima de doscientas. Me reservo el derecho a repetirme. Y aunque ponga algún villancico en inglés en mi muro de Facebook, no os lieis, solo es cortesía, o nostalgia, o vete tu a saber.

Echo de menos la navidad, si, lo sé, con la edad he ido desarrollando un espíritu grinch poco apropiado. Pero aunque peque de soberbia o pedantería. ¡Insisto! La echo de menos, porque yo si sé como era.

Echo de menos que toda la familia adorne la casa, que se escondan los regalos para que cumplan su función de mágica sorpresa.

Echo de menos a mi padre vistiendo unos tubos con espumillón verde, que acababan convirtiéndose en un maravilloso árbol navideño, rematando sus ramas con garbanzos envueltos en papel de celofán rojo.

Echo de menos a Pippi Lamstrumg que era posadera, al pavo del belén mas grande que los soldados del rey Herodes. Al río de papel de albal y a las montañas de corcho.

Echo de menos a mis tíos que montaban teatrillos y revisaban las letras de los villancicos.

Echo de menos rascar con un tenedor una botella de anís. Anís de los borrachuelos y los roscos caseros. 

Tocar las castañuelas con la familia, al borde de un colapso colesterolero.

El ritual de sacarle el hueso a un jamón.

La cocina como centro del mundo, cálida, aromática.

Las delicatesen de mi madre, los rulitos de lomo empanados con queso y jamon, el cóctel de gambas, saciante y sin artificios. 

Echo de menos la comida navideña como red de afectos. 

Ir a casa de mi tía con la bata y los banquillos de la cocina. 

Las delicadas bolas de cristal del árbol, con paisajes invernales que no conocíamos.

A mi primo atronando con su trompeta de arcángel y al apuro de mi madre porque las bengalas quemaban los manteles.

Echo de menos las zambombas, las sonajas, la misa del gallo y las cabalgatas afanadas recolectando caramelos.

La alegría de las calles, de las luces.

Echo de menos la seguridad en los afectos, la protección, la bonhomía, la dulzura.

Seguramente, lo único que echo de menos es mi infancia.

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