SR. ALCALDE DE VALLADOLID

Muy Sr. Mío:
Ante todo especificar que no soy pucelana, ni hombre, ni pepera; porque en cualquiera de estos supuestos me sentiría muy avergonzada.

No sé qué clase de patología padece Ud. pero le recomiendo encarecidamente que vuelva a visitar de nuevo a su facultativo y cambie de tratamiento.

En el caso de que no hay un motivo externo para su comportamiento, me gustaría hacerle llegar unas pequeñas y humildes puntualizaciones.

Estamos acostumbrados a las descalificaciones entre políticos, hasta ahí ningún problema, todos entendemos que forma parte del juego, no pasa nada.

Pero si después de un cambio de ministros, Ud. como persona pública, emite un comentario que en lugar de provocar la reflexión, provoca violentas nauseas, debería ir pensando en cambiar de oficio, para lo cual me permito la libertad de hacerle algunas sugerencias.

De entrada y por lo “llano” en sus expresiones, le recomendaría la vuelta a su casa a fregar platos, pero esa primera idea, me parece desechable por no involucrarlo en algo relativo a cosas que deben ser limpias, seguro que Ud. lo entiende.

Una persona como Ud. de carácter tan jocoso, imprudente, lenguaraz y rijoso, debería de abstenerse de presentarse a las próximas elecciones. Sin embargo, y suponiendo que le gusta competir por un puesto, le recomiendo el casting del próximo Gran Hermano, donde la media de actuaciones y manifestaciones son más acordes y están más dentro de sus aptitudes.

En el caso de que no le admitan por la edad, o por experiencia, algo más apropiado a su trayectoria en gestión y sus gustos; he oído por ahí algo sobre un macronegocio en La Junquera llamado “Paradise”, que al estar recién abierto, es posible que carezca de un gerente con su cualificación.

Otra opción más artística, sería ponerse en contacto con D. Santiago Segura, para ofrecerse como compañero del “entrañable” Torrente. Seguramente podría entablar un dialogo improvisado con este personaje sin tener que repetir toma.
Parece que lo estoy viendo, como Batman y Robin, tan afines, tan sincronizados, un éxito seguro.

No es necesario que agradezca mis aportaciones, es que una, es de natural altruista.