Pos si,
pos que se ha ido.
Otro
año, otra página, otro puñado de días llenos de cosas malas y buenas.
Otro
catálogo de pérdidas, otra etapa consumida.
Otro cúmulo
de experiencias.
Otro
puñado de cosas dignas de olvidar.
Carencias
padecidas y milagros inesperados.
Puntos
de inflexión, momentos entrañables. Dudas, certezas y miedos.
Sorpresas,
sabiduría, asombro, monotonía y esfuerzo.
Asco, alegría,
reencuentros, risas y cansancio.
Esperanza,
anhelo, escepticismo.
2014. ¡Hala!
¡A la mierda! ¡Ya era hora!
¿Y el
15? ¿De qué va el quince? Pues de lo mismo, o no.
Todo es
taaaaaan igual. O tan distinto.
Predecible,
o ¿Sorpresivo?
Lo dudo,
pero me encantaría.
Inasequible
al desaliento, por un instante. Os deseo (nos deseo) todo lo bueno, lo impredecible y lo
improgramable que la vida sea capaz de ofrecernos.
Y si
no, que el porvenir nos sea leve, y lo menos lesivo posible.
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