Agotada y encantada, así me encuentro en el día de resaca en
el que desemboca una maratón turística.
Londres es una locura, sobre todo porque me parece que la
densidad de patologías psicológicas por número de habitantes es inusualmente
alta.
Cuando amanece, a la mayoría de sus habitantes les ponen un móvil
en una mano, un vaso térmico de Starbucks en la otra, les dan una patada en el
culo y los ponen a correr por la ciudad, ¡Hala! ¡A la calle! ¡Mariquita el último!
De hecho, para mí que el sombrerero loco de Alicia no tenía ningún
problema con el mercurio ni con los vapores ni ná de ná, es que el chiquillo
era de Londres, y así estaba, como una autentica regadera. Creo que el conejo
blanco también era de por allí.
Cuando no tienen ninguna llamada en el imprescindible móvil,
se colocan los auriculares y deambulan por el metro con cara de hiperactivos y
sonámbulos besugos.
Otros, muchos, demasiados para mi gusto, hablan solos, no sé
si esperando hablar a Dios un día, al más puro estilo machadiano, o así, a
voleo.
En fin. Que no tengo
muy claro si es la ciudad la que te pone así, o si ya eres así de serie y después
vas y te mudas.
Siento decirlo, pero además son un poquito guarros. A ver ¿Dónde
se ha visto un pub, sitio donde se come y se bebe, con moqueta? Que se te
vuelca la media pinta de Guiness o se te chorrea el kétchup o te vomita un
chiquillo o lo que sea ¿Y qué? Que yo seré todo lo maruja que haga falta, pero
esas cosas hay que arreglarlas con fregona y lejía de toda la vida de Dios. Pos
no.
Por no hablar de la ausencia generalizada de bayetas, que te
sientas, pides algo, quitan lo de la mesa del cliente anterior, ponen lo tuyo………..Niñooooooooo, pásale
a esto un trapillo mojao con limpiador ar favó que me voy a llevar la mesa
pegada a los brazos (esto no se lo he dicho a ninguno porque mi inglés no da
para tanto).
A todo le ponen pepino, que se te
repite durante el resto del día, y no hay una sola pastelería donde buscar consuelo a media tarde.
Después está el Sorry. Con sorry me acuesto y con sorry me
levanto. Y tú te piensas, estupendo, que educados que son. No. Error again, que
no es educación, que es como una dispensa papal para ir pegando achuchones en
esa carrera constante por las calles y los túneles del tube de marras. ¡Oh! ¡Sorry!.
Si tía, sorry, pero a ver qué hago yo con la hemorragia interna provocada por el codazo que
acabas de arrearme.
Espectáculo impagable, también, el de los bobbies, cámara en
ristre (Ian no te columpies one ounce que me quedáo con tu cara) escoltando hooligans los
días de partido, de pub en pub.
Y otra cosa, ya a niveles más generales ¿Es que nadie se
percató en su momento que la arquitectura clásica tipo templo griego queda mal
con esa luz y ese clima? Porque la iglesia de San Pancras con cariátides incluidas
y hasta el mismísimo Museo Británico, más que majestuosos (que lo son un rato)
dan la impresión de inmensos y luctuosos panteones grises, chorreando tristeza
sobre la calzada.
¿En qué momento les dio esos delirios de grandeza greco
romana que no les pega ni patras? ¿A ver si es que en el fondo lo que quieren es ser mediterráneos?
Y ya está bien de critiqueo.
En Londres la gente viste como quiere, he visto pelos de
todos los colores, pintas de todas las hechuras y looks de todas las épocas, tatuajes
a cascoporro y accesorios inverosímiles. Genial. Es un detalle de metrópoli adaptada
a los tiempos que ya podríamos copiar.
Que los británicos han ido rapiñando arte por donde han
podido (y han podido mucho) no es un secreto. Pero ¿Qué han hecho?
Conservan, estudian, exponen, tienen espacios museísticos maravillosos,
de hecho, algunos museos de los que he visitado, no solo son edificios
espectaculares, sino que al entrar, tienes que tomarte tu tiempo para recuperar
el resuello, porque cortan la respiración. Hermosos, bellísimos, extraordinarios, llenos
de maravillas del arte de todos los tiempos, bien conservadas, cuidadas con
esmero y exquisitez. La leche. La releche.
Un festín para cualquier amante de la belleza, entienda o no
de arte a nivel académico.
Han conjugado los espacios y las épocas, respetando las
obras y el edificio que las contiene, nada de bajamos este techo con unas
placas de pladur y unas dicroicas y a volar y otras marranadas que he visto en otros sitios,
noooo señor, conservamos bóvedas columnas y arquitectura y nos las ingeniamos
para que arropen lo que exponemos, arte enmarcando y conteniendo arte. Metaarte.
Dan ganas de quedarse a vivir dentro de cualquier museo.
Tienen tal cantidad y calidad de cosas, que no paras de sonreír
y de sorprenderte de una vitrina a un cuadro, de un cuadro a una estatua, de
una estatua a una bóveda, a una tumba o a un ajuar asirio. Un auténtico
festival del que hay que disfrutar por lo menos una vez en la vida.
El gótico y el neogótico británico son bellísimos (que por eso no me
explico lo de las columnas tipo griego) la fachada del parlamento, la abadía de
Westminster…todo lo de esa época es realmente hermoso y lleno de detalles. El
museo de historia natural es para echarle de comer aparte, ¡Vaya pasada de
edificio!, con sus chorrocientos monos trepando por los nervios de las columnas
hasta las bóvedas, su techo de muestrario naturalista de plantas, sus vidrieras………hay
que ir y verlo.
El momento de entrar a la National Gallery, y al Albert and
Victoria Museum, también tiene lo suyo. Te quedas en el vestíbulo, sin saber dónde
mirar, con la boca abierta dos palmos y lo único que se te repite en la cabeza
es ¡Qué bonito, por Dios! ¡Qué bonito! Chorreones de baba que he ido dejando
por todos los sitios.
Y esa Biblioteca Británica con su librería-isla acristalada,
grande como un bloque de seis pisos (la librería, no el edificio) que da gloria
verla, y esa exposición de tesoros manuscritos de Leonardo, de Jane Austen de
Charlotte Brontë,de Lewis Carroll, de John Lennon…….y partituras de Haendel,
biblias de Gutenberg , Coranes………… Joyón tras joyón .
Y todos, todos esos grandes museos (El British, la Tate
antigua, la Tate moderna…) son GRATIS,
de gratis gratuitos gratuitamente, y están llenos de niños de colegios e
institutos, copiando obras o escuchando superformalitos las explicaciones de
sus profes. Para que el arte y la belleza forme parte de su vida de una forma natural, aunque ni estudien ni se vayan a dedicar a eso. Creo que eso lo llaman cultura.
Y en todos hay un jardín, o un espacio donde poder comerte el
bocadillo (por si la cafetería te es prohibitiva) y echarte un cigarrito para
seguir viendo maravillas.
A ver cuando se nos pega algo.
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