Querida Marge:
Sabes que te
quiero como a una amiga, y eso en mi caso, es mucho decir, porque las amigas me
suelen durar decenios y decenios.
Nos conocemos
desde finales de los ochenta, cuando asomabas a la caída de la tarde a nuestras
pantallas, fuera del horario infantil. Eran otros tiempos.
Siempre me has
dejado ojoplática con tu santa paciencia y tu dicción perfectísima y sobre todo, con ese moño azul de equilibrio imposible y tu tipazo después de tres hijos, si
algún día encuentro la suficiente cantidad de pachorra, te voy a proponer como santa católica,
porque lo tuyo lo merece.
Te adoro, pero no
puedo dejar de decirte que, querida, eres tóxica, muy, muy tóxica.
Nadie en su sano
juicio, y con una salud mental medianamente aceptable aguantaría a nuestro
incombustible Hommie, un hombre alcoholizado e inmaduro, que en la mayoría de
las ocasiones ni siquiera sabe cuántos hijos tiene, ni es capaz de
responsabilizarse de ellos.
Que si nena, que ya sé que lo quieres, pero es un
impresentable, háztelo mirar.
Ha reventado todas
tus aspiraciones, a estudiar, a ser poli, a ser agente inmobiliaria, culturista,
cuidadora de manatíes…..o cualquier otra cosa que te haya pasado como opción a
la monotonía de cuidar de un machito irresponsable e insufrible, una pequeña
inteligente y perdida y un bebé que se niega a crecer o a hablar.
Querida mía, ya
vale.
Según mis cálculos,
así por encimilla, andas por los cincuenta. Bien. Yastá. Déjalo. Tía, espabila.
Ten en cuenta que tú,
eres un icono, el espejo donde se mira mucha gente, aunque solo usen tu serie
para la siesta, o como referencia de que cualquier tiempo pasado fue mejor, no
puedes ser tan mezquina para que alguien en un arrebato místico, piense que tu
modelo es la clave de la felicidad.
Amante esposa,
madre ejemplar, no por favor, otra vez, en esas insufribles condiciones y en
dibujitos, no.
No vale que a
Hommer, de vez en cuando, le den arrebatos de amor o de arrepentimiento.
Que sí, que vale
que igual no es mal tío, pero eso depende de lo que consideremos mal tío.
Problemas con lo
de asumir responsabilidades, con el control de impulsos, con la afectividad,
con el respeto a su padre……… ¿De verdad quieres que siga?
Nena.
Ya.
Ya vale.
Margie, cariño,
saca el hacha.
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