Hay
algo bueno en ser mayor, te va importando todo una poca leche.
Me
refiero principalmente a lo que piensen de ti, o a la imagen que ofreces o a
medir “no voy a hacer esto que me apetece porque vaya a parecer, porque vayan a
pensar….” No hay reputación que guardar, ni consideraciones a la hora de
arriesgar status social porque simplemente no existe.
Y esto
¿A qué viene? Me explico.
Andaba
yo hace pocos días, en un evento, divertido, rodeada de gente a la que estaba
encantada de conocer, como una niña a la que le dan mil euros y la sueltan en
Toys r´us, pidiendo firmas, oyendo cosas, en fin, lo que viene a ser
disfrutando como una mona.
Charlando
con gente más joven, oigo decir “No, yo no voy a hacer eso, me vayan a tomar
por una motivá”.
Esto lo decía porque es muy joven y muy dulce y tiene miedo de
parecer “rara”.
Y de
golpe recordé todas aquellas manidas poses de hace tantos años; en los
festivales de cine, en las exposiciones…había que mantener una indiferente
distancia, una fría y estudiada dejadez, de poeta maldito de vuelta de todo y
hastiado de la existencia, que además iba como anillo al dedo al atrezzo newromantic,
si no, es que eras un tanto simple o vulgar.
Talosgüevos
acabé ya en mi época, así que de volver a eso, ni de coña.
Lo que
me apasiona, me apasiona. Con entusiasmo y sin medida.
Lo que
me interesa, me interesa. Y me interesa desentrañarlo todo lo que pueda y un
poco más.
Lo que
despierta mi curiosidad, a esta altura del partido, simplemente me parece un milagro
digno de disfrutar.
La que
suscribe va a ser todo lo simple y lo vulgar que haga falta para disfrutar de
todo lo nuevo y todo lo bueno que pueda traer cada día, con curiosidad con alegría
y con pasión.
Convencionalismos
sociales ya he tenido que merendarme bastantes, ahora tengo otra dieta.
Y el
snobismo intelectualoide impostado y vacio que se lo metan donde les quepa.
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