Tanta fiesta, tanta emoción y tanto rollo, a ver ¿Qué tiene
de bueno el verano?
!Ah si!, que no se madruga, pero ¿Quien aguanta en la cama con este calor?
De día hace un calor de cohones, y algunas veces también de noche.
No hay risas. Salvo que las vayas a colgar en las redes, que hay que dejar claro que estamos veraneando y pasándolo de puta madre párriba.
La siesta en lugar de ser un momento de relajo, es un
semicoma pegajoso del que cuesta lo suyo salir.
Todo el día sudando.
El Mercadona, como todos los veranos, lleno de gente a medio
vestir haciendo compras-paseos insufribles, y con el jumillo de “llevo el
bikini puesto desde el 1 de Julio y no me lo voy a quitar hasta el 1 de
Septiembre” ¡QUE NO COMPRÉIS EN BIQUINI
NI EN BERMUDAS COÑO! ¡Y QUE ENTRO Y SALGO DEL PARKING POR DONDE SIEMPRE, CAPULLOS,
Y SI NO OS GUSTA... A VUESTRAS CASAS DE VUELTA, JODER, QUE NO SABÉIS NI VERANEAR
SIN MONTAR UN ATAQUE DE ESTRÉS COLECTIVO!
Dios, no puedo con las putas “vacaciones”.
Que esa es otra, vacaciones ¿De que?.
Que lo del “reposo del guerrero” se lo inventaron para Hércules,
Ulises, Aquiles o cualquier otro histórico y aguerrido muchacho, que a Xena,
Boudica o Mulan, les tocaba hacer la cena y fregar los platos cuando se
quitaban la coraza, y en esto de que, me cargo a una cohorte entera de
enemigos, y mientras se me amontona la ropa sucia en casa.
La playa está peor que la Alameda en jueves Santo. Ni a las
7 de la mañana se está tranquila, a los de siempre nos miran raro, los veraneantes invaden las zonas de paseo con
actitud desafiante, con un ritmassso como si fueran tarde a algún sitio, el gesto adusto y reconcentrado, tio/a si tan mal te sienta pasear no lo
hagas, que no pasamos lista.
Y encima ni un puto duro para subirme unos días al Camino.
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