Literalmente quiere decir transportar a distancia. O sea ir pacá y pallá a tu antojo.
Cuando vives en lo alto de un cerro (bendita paz), pero necesitas hacer algo más que oír a los pajarillos y contemplar el maravilloso espectáculo del mar, el no poder moverte es un hándicap serio.
Romperte una pierna y no poder conducir es mala cosa en estas circunstancias, quedarte sin vehículo, también.
El problema es que estamos malacostumbrados (yo, si), la facilidad de bajar al garaje, arrancar el coche y salir, parece que se da por supuesta, y cuando se rompe la cadena de felices circunstancias que hacen posible un acto tan simple, te cae encima una condena de prisión o de dependencia de la voluntad de otros.
El transporte público de esta zona tiene su propia idiosincrasia. Supongamos que pretendo ir a buscar un libro, estimando que desde que entro en la librería, hasta que salgo con mi nueva adquisición bamboleándose en una bolsita multicolor, ha pasado, pongamos, media hora. Si esto lo hago usando transporte público, necesito dos horas para ir, y otras dos para volver, más o menos. Es decir cuatro horas y media. Me puede la desidia y la pereza. Lo reconozco.
Ahora llevo unos días sin coche, en parte por la gracia de Dios, en parte porque yo también soy muy graciosa y cometí el error de mirar donde no debía y me trague un tarugo de hormigón, de esos de diseño ergonómico.
Estoy empezando a desarrollar la paranoia de un animal de zoológico, ya me queda poco para columpiarme obsesivamente en la lámpara del salón profiriendo grititos guturales.
Realmente, no es que tenga una necesidad imperiosa de salir, cuando vives un poco a trasmano, procuras estar aprovisionada para cualquier imprevisto, pero si tengo la necesidad de saber que puedo hacerlo.
Esta sensación de encierro relativo es paralizante y desagradable, y mis perros son tan poco comunicativos como de costumbre.
Así que enciendo el ordenador, me asomo al Messenger, al Face y al blog pidiéndole a los dioses que por lo menos no palme el ADSL rural.
0 comentarios:
Publicar un comentario