PRIMARIA, SECUNDARIA Y EL RESTO DE TU VIDA

Esta es una carta, de un chico que conozco, como respuesta a una invitación a una comida de esas de antiguos alumnos, por razones obvias los nombres son inventados.


“La Paz sea contigo:

Sabes bien, ¡oh hermano! que este ser que ya peina canas, decadente, ermitaño y asocial agradece desde lo más profundo de su roída alma que vos le hagáis partícipe de una euforia tan notable como noble es el motivo que la inspira. Nada más y nada menos que un ciclópeo esfuerzo por reunir, tras muchísimas primaveras transcurridas, a aquellos cuyas infancias germinaron bajo la luz de un mismo prisma puesto por el azar o, en la versión creyente, por la mano siempre sabia del Señor. Sin embargo, me pregunto al leer esa lista de nombres, quienes serán, o mejor dicho, quienes serían esos que antaño seguro que me fueron harto conocidos y ahora contemplo con el más estupefacto de los anonimatos. Recuerdo a Mari Pili I, puesto que incluso la tengo en el facebook, y recuerdo a Mari Pili II, una rubita más seria (en el buen sentido) de lo que cabría esperarse que pese a pertenecer a la clase dominante y refulgentemente guay nunca tuvo un mal gesto con mi persona. Sin embargo, ya lo sabe bien vd., la sociedad infantil Santaestilita, era una sociedad clasista y cruel que no perdonaba en lo más mínimo el ser diferente, ya fuera por discrepancia de caracteres, intereses, o simplemente por sentir que el bagaje común con los demás era más bien escaso. Un pecado (al que le sumamos el de levantar la mano más veces que los demás cuando alguna profesorzuela inepta hacía alguna pregunta elemental destinada a medir nuestro intelecto) que alcanzó en mi caso una magnitud absolutamente desaconsejable para alguien que tratase vivir una EGB moderadamente saludable. Creo que pagué tal pecado de desconocimiento, de torpeza y de soberbia con sobrados intereses para menoscabo de mi por aquel entonces tierna alma infantil. Probablemente desde otras perspectivas la marginación y la puesta en ridículo no fuesen más que "inocentes" chiquillerías, probablemente ahora la madurez y la experiencia hayan transformado a estos personajes en personas, si bien dudo que más inteligentes, al menos más coherentes y educadas (para su bien y el de los demás) pero ni por el proceso lógico más alambicado que imaginarse pueda consigo encontrar afinidades que fomenten un contacto tardío y artificial con aquellos con quienes no las tuve cuando eran compañeros de aula y patio en el día a día. Ya ves que no caigo, o mejor dicho, que no consigo caer en la nostálgica idealización del pasado que nos es tan común a todos los mortales.

Por favor, te ruego que estas muestras de mi arisca política social no supongan en ningún caso una disminución de nuestro mutuo aprecio, ya que mi exposición anterior también podría reelaborarse partiendo de un principio diametralmente opuesto, como es el afecto amistoso por aquellos que sí me tendieron una mano amiga entonces y cuyo contacto a lo largo de los años no se ha extinguido, escasísimo grupo en el que, por supuesto, cuento a vos en posición privilegiada y espero que así sea hasta que el tiempo acabe reduciendo a la nada nuestros recuerdos.

Por lo demás, nada de este lamentable y triste discurso es obstáculo para que deposites, de parte del señor Antiguo Condiscípulo, gran Maestre de la Iluminada Orden de........, el más tierno y perverso bocado disfrazado de amistoso beso en la yugular de las doncellas que aún mantengan la frescura, donaire y lozanía dignos de un retrato de Bougureau, si es que queda alguna de esas. Al resto me temo que no tengo nada que decirles.

Un saludo y Feliz Navidad!!!”


Así que, queridos todos, estad alerta de cómo viven vuestros hijos sus años de enseñanza.