Si yo fuera catalana, desde luego no votaría.
Da la impresión que cada vez que un político catalán abre esa boquita, no tiene más argumento que hablar en tono despreciativo de Andalucía. Que si, que vale, que así salen en todos los medios. Pero es que ya nos aburren, nos aburren mucho.
A estos muchachos tan cultos y dicharacheros, no les gustamos. No les gusta nuestro acento, nuestra cultura, nuestra forma de entender la vida y de vivirla, nuestras instituciones, ni ná de ná.
Vale, supongo que piensan que de los tartesios para acá, nos hemos tirado más de 3.000 años entre romerías y moragas. Nos pasamos el día con una caña en la mano contando chistes de Los Morancos y tarareando canciones de Los del Rio…y entre feria y feria sacamos una procesión. ¿De verdad se creen eso los políticos catalanes? Pues igual deberían plantearse cambiarlos.
Nosotros, desde la incultura propia de gente que no paga ni impuestos y se pasa la vida doblando palmas, sabemos algo del modernismo, del románico en Lérida y Gerona, de Pau Casals, de Dalí, de Ramón Llull. Ausiàs March, nos gusta La Fura dels Baus, de jóvenes nos sabíamos las canciones de Lluis Llach, en su idioma….y un montón de cosas más.
Estos políticos parecen no saber nada de nosotros, y eso precisamente es la diferencia entre ser una persona culta, o una persona obtusa, mezquina, localista y profundamente ignorante.
Por aquí abajo, todos tenemos amigos y/o familia catalanes, muchos nos hemos dado alguna vuelta por esa preciosa tierra, y nos ha gustado, nos hemos encontrado con personas amables, abiertas y educadas. Es decir, nada que ver con esa gentuza que los representa.
Así que favor, señores y señoras de Cataluña, saquen de sus escaños a esa gente, mándenlos a paseo, que ofrecen una imagen de su tierra francamente lastimosa.
Menos mal, que los demás, por lo menos, nos hemos entretenido en leer y en viajar, sino igual pensábamos que Puigcercós es el nombre de un caganer.
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