COBARDES

Todos asustaditos llorando debajo de la cama, ¡Como ha degenerado la especie!

La crisis, la hipoteca, la sociedad, lo mala que esta la vida, que no somos capaces ni de sonreirle al futuro.

La mayoría de nuestros padres, vivieron la guerra, la posguerra, pasaron hambre, y miedo desde el principio, empezaron a trabajar duro, a la misma edad que hoy están en mitad de la primaria.

Tenían ilusiones, ganas de reír, de formar una familia, de participar de la vida que se les ofrecía, con todas sus dificultades y sus miserias.

Sin sindicatos, con jefes que abusaban, horarios extenuantes, médicos que eran semidioses y a los que no se les podía discutir nada, funcionarios mezquinos y fuerzas del orden omnipotentes.

Y sin embargo míralos, sonriendo y enfrentando el futuro con dos cohones.

¿Qué no hay para carne? Pues se cocina sin carne, que es más sano.

¿Qué empieza el cole y los niños han crecido mucho? Pues se le echa el bajo al uniforme y se iguala con la plancha.

¿Pañales? De gasa, y a lavar a mano con jabón verde (con el añadido de que encima cantaban afanándose en la pila de lavar “tú eres como el sol de la mañana que entra por mi ventana, que entra por mi ventanaaaa”).

¿Papillas? Las que yo le haga.

¿Coche? Andando que es muy bueno para la circulación, y además eso son cosas de rico.

A pesar de eso, íbamos toda la familia a la playa, al campo (que no se podía salir para comer en un restaurante) con las neveras, los filetes empanados y los boquerones en vinagre.

Y estudiábamos, y nos daban una hostia si sacábamos los pies del tiesto, y heredábamos la ropa de todos los más grandes de los primos, y además no nos traumatizábamos.

¡Vale!, era otra época. Admitimos gilipolleces como animal de compañía.

Porque a lo mejor no es que la vida haya cambiado tanto, igual somos nosotros que estamos degenerando en una especie de lloricas manipulables.

Podemos prescindir de la mayoría de las cosas que nos rodean y que realmente no nos son necesarias.

Pero para eso, lo primero que tenemos que hacer es revisar nuestra lista de prioridades, hacer un ejercicio se sinceridad, y sorprendernos de cómo de mezquinos y de infantiles podemos llegar a ser.

Y nos agobiamos y nos achicamos porque tenemos que prescindir de un montón de accesorios a los que nos hemos acostumbrado viviendo en esta estúpida pradera de teletubbies.

Así que he puesto esta foto para que os sirva de inspiración, seguro que casi todos tenéis una parecida en casa.

Cuando os de el canguelo o la depre, miradla, Ahí están, dos personas que lo tuvieron mucho más difícil que nosotros, en todos los aspectos, para las que no hubo ni ayudas ni concesiones. Jóvenes que se tuvieron que enfrentar a una época de estrecheces cambiante y difícil, y que supieron criarnos, darnos estudios y convertirnos en las personas que somos. Ademas de sacar tiempo para ser felices y disfrutar de esas pequeñas cosas de la vida, sin lamentos y sin ostentaciones.

Vamos a sonarnos los mocos y pa´lante, que en peores plazas hemos toreado, y en peores garitas hemos hecho guardia.