Han pasado tantos años, nos han pasado por encima, arrastrándonos, golpeándonos, regalándonos cosas y dándonos forma.
Te preguntan si quieres volver a la gente del colegio y piensas que ya casi ni te acuerdas, ni seguramente ellos se acordaran de ti.
Ahora somos un grupo de adultos extraños, con vivencias diferentes, nos podrían haber escogido por la calle, de forma aleatoria y seguramente tendríamos las mismas cosas en común.
¿Para qué voy a quedar con esta gente? Tienen trayectorias profesionales y emocionales, que en nada me incumben.
Ves de lejos llegar a los primeros… ¿Esa no es….? Anda ¡Cuánto me alegro de verte! Apenas recuerdas nombres, pero si las caras, caras que has visto a diario durante años. Gracias a Dios el corazón tiene su propia memoria, más fiable que la del cerebro.
Abrazas a esas personas, no por cortesía, sino porque realmente te alegras, te sientas, hablas, comparte historias y experiencias, pasan las horas sin darte cuenta. Cada uno guarda en la memoria anécdotas distintas de aquellos años. Se usa la aritmética del recuerdo. ¡Si hombre eso fue…en el 82! -¿No fue en el 81? -¡Que no ¡ ¡Que eso fue el año de….!
Y sientes, que estas entre amigos, y que si que hay algo que nos une. Las noches de estudio, las piardas, los partidos, crecer, reírse, llorar, cantar a gritos, compartir confidencias.
Se habla de los derroteros por donde nos ha ido llevando la vida, de los que ya no están, de la nueva generación, como hemos ido disfrutando de cosas y enfrentando problemas.
Y te das cuenta de que, somos lo que somos ahora, en parte, porque hace muchos años, tuvimos todos esos compañeros.
1 comentarios:
Eres consciente de:somos lo que somos ahora, en parte, porque hace muchos años, tuvimos todos esos compañeros.
Nos saludamos con el cariño del pasado, la mirada en presente soñando en el futuro encuentro donde acudan todos los compañeros, con ganas de compartir vivencias, sueños, realidades, complicidades.
Un beso Grande.
Ángeles Sanchez
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