EL ERROR DE LA CRIMINOLOGÍA



Curándome en salud, y sabiendo que esta pequeña reflexión no va a ser analizada por Vold, Bernad y Snipe, que al parecer pegaron un repasito exhaustivo por las Teorías Criminológicas, aviso a los navegantes que todo lo que a continuación expongo, no es mas que un producto nacido de la temeridad, derivada  de los escasos conocimientos de alguien que esta todavía en mantillas y en la fase de toma de contacto. (Si algún día soy Doctora, o por lo menos termino la carrera, prometo revisión).

Teniendo en cuenta, que tradicionalmente, como ya sabemos,  siempre se criminaliza a los mismos, vamos a pasar a analizar como muchas teorías se ajustan perfectamente a esos otros que normalmente no son criminalizados, pero cuyos delitos originan cientos de miles (¿millones?) de victimas en cascada. Esto lógicamente se produce porque hasta hace poco, y salvo contadas excepciones, nuestros queridos teóricos pertenecían a la alta burguesía, no tenían ni idea de lo que era vivir en un barrio de gente trabajadora y decente y solo contactaban con gente de “otras clases” al mismo nivel que un biólogo contacta con los ratones. ¿Vamos a especular? Me apunto.

Nos saltamos un montón de teorías, porque ya sabemos que la clase alta no solo es rica, sino que esta compuesta por gente; alta, lista, delgada y guapa. Asi que nada de atavismos, neuroticismos, y mesomorfadas, que son cosas muy vulgares.

Partimos de un modelo: Las sociedades secretas en las universidades de elite: los Skull and Bones de Yale, o los Bullingdon Club de Oxford, por ejemplo. Ambos han incluido en sus filas a esa gente que acaban decidiendo los destinos del mundo, presidentes de ambos países incluidos, Bush en los Skulls y David Cameron en los Bullingdon.

Empezamos con Hirschi y sus vínculos sociales:

Apego; cuanto mas cercanas son las relaciones del niño con sus padres, cuanto mas apegado se siente a ellos y más se identifica con ello, menores son las probabilidades de que realice actos delictivos (Hirschi 1969). La mayoría de estos niños, nada mas nacer, suelen pasar a manos mercenarias: amas de cría, institutrices, preceptores, internados. Asi que si desarrollan un vinculo de apego, seguramente lo hagan con su tata, a poco que crezca, se da cuenta que a su tata le pagan por eso, no parece que sea ese el vinculo ideal.

Compromiso; la persona que participa en la sociedad adquiere bienes, reputación y estatus, elementos, todos ellos, que pueden perderse si comete un delito. Estas personas;  los bienes, la reputación y el estatus los traen debajo del brazo cuando nacen y hagan lo que hagan raramente los pierden.

Participación; tomar parte en las actividades convencionales ¿Cuáles son las actividades convencionales entre los chicos de las elites? ¿Partidos de polo? ¿Esquiar en Chamonix? Esto me desconcierta un poco, pero no creo que ninguna de estas cosas evite que cometan el tipo de delito que acaban cometiendo.

Creencias;  la creencia en la validez moral de las normas y la obligación de respetarlas esta debilitada en algunos sectores de la población, pues las personas varían en el grado de convencimiento acerca de la necesidad de respetar las reglas de la sociedad (Hirschi 1969) No tienen necesidad de respetar ninguna norma, para ellos, no valen. De hecho la imposición de normas al resto, es una cuestión de mantener el statu quo.


Mí querido Cohen, sus Subculturas Expresivas y su desconocimiento de la gente de la que habla. A ver, matizo, este señor fue Director de Orientación de la Institución Estatal para Delincuentes Juveniles, o sea que a los que eran delincuentes los conocía, a partir de ahí se hizo una composición de lugar sobre lo que era vivir en la marginalidad, solo que en su caso, asocia directamente marginalidad, clase baja y clase trabajadora, tratándolos como sinónimos (a lo mejor es cosa de los traductores, pero no creo que todos los traductores hayan patinado en lo mismo). Y en el mismo lote metemos a Cloward y Olhin, ya que más o menos cantaban al mismo palo.

Cuando en este subgrupo se aplaude, se premia con reconocimiento o por lo menos, se justifica o se excusa lo que el resto del grupo (sociedad) desaprueba, condena, o rechaza, considerando que debe ser castigado, entonces a este subgrupo lo denominamos una subcultura delictiva (Cloward-Olhin, 1960) Como muestra, nuestros queridos muchachos del mencionado Bullingdon Club de Oxford, suelen disfrutar de exquisitas cenas en restaurantes escogidos, que normalmente acaban con vandalismo, por aquello de mira que malotes somos los niños bien, y salen lanzándoles cheques al maître. Eso como anécdota, a saber que más cositas harán.

Delincuencia expresiva; creo que con el ejemplo del restaurante, ya basta.

Delincuencia maliciosa, eso, que también vale el ejemplo

Oposición a las normas dominantes. La conducta del delincuente es justa, según los principios estándares que rigen su subcultura, precisamente porque es injusta según las normas de la cultura circundante (Cohen, 1955, Delinquent Boys pg. 28) Esto, creo, que esta bastante claro.

Versatilidad;  es complicado porque los vandalismos, consumos y desviaciones de estos chicos ni son publicitadas ni suelen tener consecuencias penales, pero vamos, que entre Paris Hilton y el Príncipe Harry ya nos hacemos una idea.

Búsqueda del placer a corto plazo. Los miembros de una subcultura no tienen interés en actividades que requieren mucha planificación. Responden impulsivamente a cualquier sugerencia que pueda suponer diversión.  (Cohen debió nacer viejo, porque esto es lo que hace cualquier criatura joven)

Énfasis en la autonomía del grupo; resistencia frente a instituciones como la familia o la escuela, que tratan de regularla. No hay mayor autonomía que tener una tarjeta siempre disponible. Estos chicos suelen tenerlas siempre.

Estatus adscrito; las personas que interiorizan esta ética, suelen atribuir reconocimiento a los demás sobre la base de los indicadores que muestran la clase social a la que se pertenece (Cohen, 1955: 118-119) Ellos tienen mas que interiorizado lo de la clase a la que pertenecen.

La subcultura delictiva consiste en el rechazo explicito y global de los estándares de la clase media y en la adopción de su antítesis (Cohen 1955:129) Eso, lo dicho.

Se podían ir cogiendo una a una muchas más frases de Cohen y comprobar como van cuadrando con estas sociedades universitarias, pero eso os lo dejo para que lo descubráis mientras preparáis el examen.

Vamos a Cloward y Olhin y la Oportunidad Diferencial, o las Subculturas Instrumentales, que también tienen lo suyo.
Aspectos más destacados:

Existencia de una delincuencia adulta; para ello es necesario que existan en la comunidad delincuentes triunfadores, esto es, personas de las que se sabe que han alcanzado un cierto éxito económico por vías delictivas. (Cloward y Olhin 1960:163) Pos claro, papi, sin ir mas lejos, dudosos movimientos financieros, manipulación de la opinión publica, evasión de capitales, estafas inmobiliarias……

Existencia de estructuras de integración del joven con el mundo delictivo adulto; debe existir un sistema de relaciones sociales que permita la integración entre los adultos y los jóvenes, facilitando la comunicación entre personas de diferentes edades tanto de motivaciones delictivas como de técnicas para realizar los delitos ( Cloward y Olhin 1960:163) para eso esta el negocio familiar, faltaría mas, y el niño nada mas que acabe la facultad, que aprenda a mover los hilos, igualico que su padre, mialo que mono.

Integración del mundo convencional y el mundo delictivo; esto se hace con total naturalidad, y aunque algunos de ellos acaben siendo políticos, empresarios o financieros respetables, otros se pueden dedicar en su vida privada al consumo de sustancias, al abuso de menores…y en el desarrollo de sus profesiones, al cohecho, malversación de fondos, trafico de influencias….casos, conocemos alguno.

En el proceso de integración en la subcultura instrumental el joven procede a abandonar su anterior delincuencia expresiva y desarrolla un comportamiento disciplinado, instrumental, orientado a la carrera. Se trata de una subcultura totalmente controlada por el mundo adulto (Cloward y Olhin, 1960:170) Aquí ya es cuando el brillante universitario se ha convertido en uno de esos hijos de perra que llenan de gentes los comedores de Cáritas y de inmuebles embargados los balances de los bancos.

Subcultura apática;  son los que dentro de estas subculturas, no dan la talla y acaban refugiándose en la droga o en otros estereotipos que de vez en cuando nos ofrece la prensa del corazón, son los pocholos y las martinez-bordiu de la vida.

Bueno, como esto ya va quedando un poco largo, no podemos irnos a Matza y Sykes porque las criaturitas no tienen nada que neutralizar. Las reglas que rigen para el común de los mortales no se han hecho para ellos. Podríamos aplicarles las leyes de Tarde, la asociación diferencial de Sutherland, el aprendizaje de Akers…….y algunas teorías mas.

¿Por qué no se ha hecho hasta ahora? ¿Por qué las teorías siempre se han aplicado a los mismos? ¿No estaríamos mejor si a todos estos se les hubiera tratado como lo que son, como subculturas criminales? Pá mi que si.

Pues, mis queridos criminólogos, cierro con un párrafo del libro, que me ha encantado.
La criminología, por tanto, no puede, a la hora de presentar sus propuestas político-criminales, prescindir de los valores, pues es indudable que existen políticas criminales que hacen a la sociedad mas justa, y existen políticas criminales que hacen a la sociedad mas injusta [….] El conocimiento de la efectividad, es una cuestión básica,  que debe aportar la criminología para hacer mas racional la decisión sobre la clase de reacción a adoptar ante la delincuencia, pero en la decisión, son también relevantes nuestros valores sobre el tipo de sociedad que queremos (Cid Moliné, Larrauri Pijoan, 2009)


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3 comentarios:

Elisa García España dijo...

Interesante reflexión a la que puntualizaría al menos un par de cosas:
1. como criminóloga habría que hacer un trabajo de campo más exhaustivo para llegar a esas conclusiones que como hipótesis de trabajo son brillantes
2. la respuesta a las preguntas que dejas en el aire es evidente y a ellas responde la Criminología crítica
Utilizaré tu reflexión en el futuro ;)

melusina dijo...

Me temo que lo del trabajo de campo es complicado:
Etnografía = 0, a ver como entras en ese submundo sin pertenecer a el.
Autoinformes = 0 ¿Te imaginas en la puerta de cualquier reunión del grupo Bilderberg repartiendo cuestionarios?
Encuestas de victimización, Uf, harían falta varias vidas para entrevistar a tanta victima.
Seguirá siendo una hipótesis, porque ademas estudiar esto a fondo solo se puede hacer desde un conocimiento profundo de la política, la economía y la historia mundial, y siempre faltarían datos.

melusina dijo...

De cualquier forma, después de estudiar algunas teorías, da la impresión de que algún que otro reputado teórico, si en algún momento de sus vidas han pasado por un barrio obrero, no han llegado a bajarse del coche, así que si yo especulo un poquito de aquella manera...........solo soy una alumna de primero, no estoy sentando cátedra. :)