MI BARCO, MI FLOW, MANDA GÜEVOS


Tenemos un pacto, mi barco y yo, el sabe cuando no puedo navegarlo. Me espera. Juego con ventaja, el no es de carne, ni de sangre. Como cualquier velerito, es de fibra, y me espera.

No se me ocurre, ninguna situación, ninguna circunstancia, aparte de las relacionadas con mi hijo, que me hagan sentirme más vital, más plena, más feliz. Ninguna comparable a navegar.

Tengo por ahí (lo voy a buscar) la definición de flow, según Mihaly Csikszentmihalyi que es:
“La felicidad no está en el ocio. Ni en el clásico salud, dinero y amor ó sexo drogas y rock & roll. Está en el flow: cualquier actividad que implique al máximo nuestros cinco sentidos, nuestro cerebro y corazón”.

Eso es navegar.

Hay gente que no lo entiende. Normal, no podemos pretender que nadie entienda que estar a las cuatro de la madrugada en el canal del estrecho en un velerillo enano, con los inmensos mercantes, acechantes e indiferentes, viendo la Vía Láctea, morados de frio, mal comidos, mal duchados, mal dormidos, aporreados y contusionados por las regatas con, el levante, o el poniente, que para el caso lo mismo es (personalmente prefiero el poniente, es más divertido), le parezca gratificante al común de los mortales. Que puestos a analizar tampoco son tan comunes pues ¿Qué tiene de gratificante un cochazo, o una boda de campanillas, o un modelito de diseñador? Pues eso, tiene de gratificante, lo que cada uno le asigne de cuota de felicidad.

Pues eso, para mi es mi barco, navegar con mi tripu, mi hijo, el patrón, el ézu, el servu,, chiquitin, mi emi……….
Hombres serios y divertidos donde los haya. Gente con la que te puedes ir a explorar los vericuetos del infierno, sin problemas, o volvemos todos, o no vuelve nadie.

Peeeeeeeeeeeero, no sé por qué cosa, a alguien le molesta. Bueno, igual si lo sé, pero me niego a dejar constancia por escrito. Agravantes de alevosía, fingimiento, estupidez, y no sé cuantas cosas más.

Tiene muchísima “gracia” que hay un montón de hombres desesperados porque su pareja se marea, o no le gusta, o no le ve la gracia a navegar y que yo esté aquí aporreando teclas. Y mi barco, sin mí, en el mar.

Y explico el porqué a los que me preguntan, no a todos, hay cosas que deben quedarse en el ámbito personal. Y no dan crédito. Y sigo aporreando teclas, y mi barco, sin mí, ha llegado a otro continente.

Puedo ser educada, contenida, puedo hacer ejercicio una y otra y otra vez de racionalidad.

Pero no puedo ser benevolente con quien me quita el flow de la punta de los dedos, no puedo poner paños calientes en tantas agresiones flagrantes, disfrazadas de necesidad institucional.

¡Que no coño! ¡Que ya voy estando hasta los güevos!

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

0 comentarios: